miércoles, 11 de mayo de 2016

YO LA ESPERARÉ



Se levantó cuando el sol ya había desayunado,
carente de amor, de cariño, un hombre sin esencia de humano.
Ojeaba por la ventana a la gente que pasaba,
tal vez entre ellos estuviera su amada...


Se giró y volvió a su realidad.
Casi sin haberse despertado del todo, comenzó a escribir,
le comenzó a escribir poesía, otra vez a ella,
la mujer más bella, su futura compañera,
suspiraba... tantos poemas, para nada...



Una lágrima bailaba un tango en su mejilla,
tan triste y bella la causa a la vez:
la necesidad de conocerla al fin; la ansiedad y el miedo a perder;
la derrota más grande, escribir y no saber a quién.



Su musa se aparecía en sueños: tan blanca tez,
ojos claros, su pelo color miel,
sonrisa que enamora sin saber por qué, 
un monumento a la mujer...



Se volcó el tintero sobre su último poema.
Los años habían pasado volando,
él había seguido esperando,
pero nunca llegó a conocer a una mujer como aquella.

El amor lo había cegado y ninguna estaba a la altura.
Ella es fruto del saber, ella inspira todo lo que siempre pudo ser,
sería incapaz de serle infiel, aunque no venga nunca,
en esta vida o en la otra, 
yo la esperaré....



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