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sábado, 18 de marzo de 2017

Avalanch - Llanto de un héroe "Leyendas medievales a ritmo de power metal"

¡Buenas a todos!

El disco que nos trae hoy aquí es, desde mi punto de vista, el mejor disco de power metal que se halla grabado en España. Este fue publicado el año 1999, época en la que las bandas de este estilo colmaban el mercado roquero underground.

Hablar de los miembros de esta banda es hablar, a día de hoy, de pesos pesados dentro de la escena. Víctor y Roberto García están triunfando con Warcry y Alberto Rionda vuelve a retomar el proyecto de Avalanch. No se puede negar que Rionda es, en parte, el culpable de que hable hoy yo de este disco.

Si hay algo que distinguía a esta banda y, más concretamente, a este álbum de otros de la época es la manera tan acertada de tratar temas épicos, históricos, medievales o leyendas sin caer en lo simplón, en versos forzados o excesivamente cargados. Debo reconocer que aprendí e investigué varios de los temas de los que trata el álbum tan acertadamente, es inevitable, siembra en ti admiración y curiosidad.


Portada del disco

Para empezar, y como no podía ser de otra manera, nos encontramos con la típica "Intro" que suele acompañar a casi todos los discos de este estilo. Me gusta que comience con unas notas sencillas de guitarra española, que luego van dando paso a un ritmo de inspiración medieval, con tambores y una flauta dulce, que nos anuncia lo que vamos a encontrarnos a lo largo del disco.

Formación que grabó "Llanto de un héroe"
El disco continúa con su tema más conocido y más poderoso que los Avalanch hayan grabado nunca, canción perfecta para abrir o cerrar cualquier concierto: "Torquemada". Empezamos con un riff de teclado de esos que te dicen que lo que vamos a escuchar es bueno, muy bueno. Es una canción veloz, donde no hay respiro, desde el comienzo hasta el final. En ella, podemos oír a Víctor García en unos tonos muy agudos, por encima de lo que él suele cantar a día de hoy, mientras nos narra la historia de Fray Tomás de Torquemada y el daño que causó la Santa Inquisición bajo su mando. El estribillo no podía ser más ilustrador:

"...sobre las llamas del terror nació
un canto a un nuevo día,
a un nuevo sol...
Sufre en silencio tu maldad tu Dios.
Aún cura sus heridas y su dolor"

"Por mi libertad" no es un tema muy habitual, pues prácticamente todos los temas de la banda los suele firmar el líder y guitarrista Alberto Rionda, pero, en este disco, Víctor participó activamente en la composición y este es uno de los dos temas que nos regaló para el disco: un tema cañero, en la línea del disco, con doble bombo incansable y con guitarras cortadas con riffs rápidos. El tema nos habla de la leyenda de un pueblo que se alza en armas ante la llegada de un ejercito que trataría de esclavizarlos, pero que al final, con la unión de todos, consiguen ganar la batalla, a pesar de ser, en principio, inferiores en fuerza. Gran mensaje el que nos transmiten: la unión hace la fuerza.

Continuamos con la clase de historia. Ahora le toca el turno a "Pelayo", tema más pesado y pausado, tema más heavy que comienza con Victor cantando tras un fondo, casi de banda sonora de película, que pronto torna en un poderoso sonido arropado con la batería del amigo Alberto Ardines.

Llega el momento de la balada del disco: "Vientos del sur". Un tema precioso de principio a fin.

Regresamos a lo instrumental con "Polvo, sudor y sangre", que usa las notas del tema "Pelayo" y hace de interludio del disco.

Llega el turno de hablar de uno de los héroes del disco, hablamos del "Cid". El riff de guitarra con el que comienza el tema es, simplemente, impresionante. De nuevo, un tema que nos lleva volando, sin pausa, un tema rápido, pero que nos cuenta la triste historia final del Cid, el lamento de cuando es desterrado. Los versos nos van narrando los recuerdos de Rodrigo Diaz de Vivar. Es, en este caso, necesario hacer mención especial al puente previo al solo de guitarra, donde Alberto Rionada y Roberto García sacan una melodía preciosa con una octava de diferencia entre ambos instrumentos.

"...Castilla, por ti, mi vida entera perdí,
y ahora mi rey me arroja al destierro
y me aleja de ti..."

"¿Días de gloria...?" es la siguiente y es,tal vez, la canción más difícil de digerir del disco, musicalmente hablando, y la que más se desmarca del eje central del mismo. De hecho, cuesta encontrar las partes melódicas que son habituales en las otras canciones. Este tema nos habla de la soledad de un guerrero que vive toda su vida luchando, pero que, al final, tras su retiro, se encuentra solo, sin amor.

Continuamos con "No me pidas que crea en ti". Tratar el tema de la religión siempre es delicado. No obstante, cuando se trata de una manera tan bella, es difícil que alguien se ofenda. Este trabajo es poderoso, pesado, aunque que se entremezcla con pasajes veloces, y nos pone en la piel de un guerrero, el cual se queja de la desprotección de su dios ante la inminente derrota. La melodía del estribillo es simplemente preciosa.

"...Dicen que su nombre has de adorar,
postrate de rodillas en su altar,
incluso tu vida has de dar, y matar...
dicen que así el cielo obtendrás..."

"Cambaral", de nuevo otra leyenda, comienza con un riff más pausado y una batería, como a contra tiempo, nos va dando entrada al castillo en el que ocurren los hechos que nos van a cantar una historia de amor romántico y triste. Es un tema casi de película que, una vez más, nos mete de lleno en la Edad Media.

El amigo Victor vuelve a componer otro tema para este disco: "Aquí estaré". En este caso, su aportación la podrían firmar perfectamente los Gamma Ray, ya que nos encontramos ante un power metal de la vieja escuela con doble bombo, guitarras veloces y ritmo happy que tanto pusieron de moda las bandas alemanas de power metal del momento. La letra de esta canción poco tiene que ver con el resto del disco, aquí Victor se acuerda de los amigos músicos que han ido dejando las escena musical y habla de lo difícil que es mantener una banda en el tiempo sin caer en el desánimo. Jamás imaginó que, casi veinte años después, tanto Avalanch como su nuevo grupo WarCry serían de las más grandes bandas del país.

El disco se despide con otra instrumental: "Llanto de un héroe". Esta nos recuerda a la melodía del tema "Cid" y, tras un silencio, aparece, a modo de track oculto, un solo de Alberto Rionda que nos pilla absolutamente por sorpresa y nos hace cerrar el álbum completamente extasiados, pero con ganas de más.

Como siempre, ya sabéis, cierro enseñándo el CD del que hago el análisis, pues quiero que
la gente entendáis lo bonito que es apoyar a las bandas, ya sean conocidas o desconocidas. Además, también quiero que se vea lo que se disfruta de tener este material original. En serio, merece la pena.





  Espero que disfrutéis leyendo el artículo tanto como yo he disfrutado haciéndolo y volviendo a escuchar este pedazo de disco. Un abrazo, y no olvidéis dejar vuestros comentarios y sugerencias sobre cosas que os gustaría ver por el blog.

   Un cordial saludo y... ¡¡Rock & Roll!

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